Se demostró en la segunda parte en Córdoba, superados
por el ritmo frenético de los andaluces; contra el Levante en que los últimos minutos
y el descuento nos vimos encerrados; incluso los minutos finales contra el
Huesca, ellos incluso con un jugador menos,
nos tocó “achicar” agua. Y el Domingo en Santander, tras una primera parte
igualada, nos vimos muy superados en la segunda, se les veía a ellos mucho más “frescos”,
con piernas más “rápidas”, llegando antes a los balones divididos y, en fin, superándonos
por “fuelle”, por gasolina, por tener el deposito
más lleno. Pero como ya también comentábamos, ese problema, ese “déficit” físico
con el que contamos, ya poca solución tiene a estas alturas competitivas, toca aguantar
como se pueda, buscar la gente “más
fresca”, apretar los dientes y lograr puntos de la manera que sea, ya no
queda otra.
Y el Domingo en tierras cántabras, a la hora de la “comida”,
con muchísimos oviedistas en las gradas, comenzábamos con Aarón en la portería,
en la derecha Nacho Vidal, en la izquierda Rahim y Calvo y Costas en el eje de
la defensa; en el centro del campo Sibo, Colombatto y Santi Cazorla, en una
banda Sebas Moyano, en la otra Hassan y arriba Alemao. Y el comienzo fue de dos
equipos temerosos, que se tenían mucho respeto, muy igualado, y con un equipo santanderino
en el que sus jugadores siempre estaban por
el suelo, siempre buscando el “contacto”, la duda, la polémica, y menos mal
que esta vez, y sin que sirva de precedente, el señor colegiado “no picó” en
sus artimañas. Que luego tenga el valor de quejarse el señor José Alberto con
su “equipo” marrullero a mas no poder……tremendo. Muy pocas ocasiones, quizás alguna
llegada más de ellos pero por algún error nuestro, y por nuestra parte, más bien
las cabalgadas de Hassan por la banda pero poquito más. Hasta que llegó el gol
nuestro a balón parado y de ahí al descanso, poco más que destacar.
Y en la segunda parte, se dice que “dimos un paso atrás”,
pero más bien, como ya decía, creo que nos
obligaron a darlo, por físico, por más “fuelle”, y nos fueron encerrando atrás
y apenas lográbamos salir de ahí. Incluso con los cambios que hicimos, que se suponían
piernas “frescas”, tampoco fuimos capaces a mejorar. Ellos comenzaron a empujar,
a llegar, a tener ocasiones, y en la más “tonta”, Aarón que no sé muy bien si
no la ve, si resbala, si le hace “un extraño”, pero se la come y llega el empate. Y a partir de ahí sufrimos, parecía que
nos podían “remontar”, llegó un gol en fuera de juego de Viñas y, al final, con
la lengua afuera fuimos capaces a
aguantar el empate y sumar otro importante punto.
Y ahora, tres últimos partidos de Liga, y si aun queremos seguir un mínimo “hilillo” de vida en la lucha por subir directos, solo vale el sumar los nueve puntos en juego. Pero vayamos partido a partido, y este Domingo toca salir a muerte ante un Real Zaragoza que, pese a tenerlo casi logrado, aún no está matemáticamente salvado. Ya es, Luis Aragonés “dixit”, ganar, y ganar y volver a ganar…..
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