martes, 28 de octubre de 2025

El Comentario

Empate con sabor muy agridulce el cosechado el pasado sábado en tierras catalanas, pero que, incluso, pudo haber tenido  un sabor mucho mas amargo aún. Y es que un partido que habíamos encarrilado al comienzo de la segunda parte con “dos goles arriba” y con un Girona muy tocado y que apenas nos hacía daño, a punto estuvimos de tirarlo por la borda con dos penaltis totalmente innecesarios y con un gol en una jugada defendida como habitualmente, lamentable. Menos mal que lo que pintaba a “tragedia” y debacle tras conceder la remontada, con un gol sobre la bocina quedó en lo que decíamos: un empate de sabor muy agridulce. Como decíamos en la “crónica”, con nuestra carencia absoluta de gol, con nuestra dificultad extrema para crear peligro en la portería rival, y para una vez que somos capaces a lograr tres goles, pues tampoco nos vale para ganar. Y es que el partido, pese a alguna leve mejoría en algunos aspectos y que, por lo menos, con dos delanteros fuimos capaces a “pisar” un poco más el área rival, volvió a demostrar una vez más nuestras miserias, nuestras carencias en muchos “puestos”, que el banquillo aporta poco o, también, que el jefe del banquillo se equivoca mucho en los “recambios” y en los sustituidos, y que defensivamente seguimos siendo un drama, unas auténticas madres.

Y es que es muy difícil el poder “transitar”, el poder competir en esta categoría ante los más grandes encajando siempre dos o tres goles, y encima, ante rivales que, como el Girona el sábado, tampoco demuestran absolutamente nada. Pero el sistema defensivo hace aguas por todos los lados, concedemos muchísimo, nos llegan con una facilidad pasmosa, encajamos una barbaridad, y en la mayoría de partidos, Aarón todavía termina salvándonos unas cuantas. Y en el centro del campo, en la “creación”, tenemos un agujero tremendo, y  ya todos sabemos que Santi Cazorla esta “para lo que está”. Y como también decía en la “crónica”, desconozco si en la situación de Hassan hay algo más de fondo, pero para un equipo como nosotros es un lujo el poder prescindir de una de nuestras pocas “armas” de llegar arriba. Está claro que es muy individualista, a veces egoísta, que le cuesta defender, pero es un “estilete” por banda y en partidos como el del otro día, tal como se puso, y con un Girona a la desesperada, nos podría haber dado mucho. Esperemos que, si hay algo más, se pueda “reconducir” la situación, que todos son necesarios.

Comenzábamos en la vergonzosa hora, una vez mas, en Girona con algunas novedades, con Aarón en portería, Nacho Vidal en la derecha, la pareja de centrales novedosa con Carmo y Costas y la novedad de Javi López en la izquierda; en el doble pivote Dendoncker junto a Colombatto, en la izquierda Ilyas y en la derecha un desaparecido, inoperante Ejaria, y arriba la novedad de los dos delanteros Viñas y Rondón. Y el partido comenzó igualado, con dos equipos “pobres”, con problemas para llegar arriba, y sin mucho peligro, si acaso con algo mas de posesión catalana. Hasta que llego el penalti por las manos y el gol de Viñas que nos adelantaba. De ahí al descanso, poco. En la segunda parte, pronto metimos el segundo y parecía que encarrilábamos el partido. Pero somos el Real Oviedo y todo parecía muy bonito. Y sin darnos cuenta, con un penalti tonto de Dendoncker, con unos cambios extraños y que empeoraron el equipo por parte de Carrión, con una jugada vergonzantemente defendida por todos, llegando por el centro como quiso el jugador del Girona y con un Sibo que llega, como casi siempre tarde a la cobertura; y con un nuevo penalti, este para mi más que dudoso, pero en una jugada, también, perfectamente evitable, nos remontó un equipo muy pobre y nos hizo ver la “tragedia”. Menos mal que esa última jugada nos hizo salvar, al menos, un triste punto. Es lo que hay.

Y ahora, semana de Copa con el encuentro hoy en Orense, que ya sanemos como se nos suele dar, y el próximo Lunes (otro día mas entre semana, es de vergüenza) a recibir al Osasuna. Las sensaciones nos son buenas, no vemos ninguna mejoría o muy poca y que, como vemos, no nos sirve, no nos llega para ganar, pero  no queda otra que seguir.

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