Y es que es muy difícil el poder “transitar”, el poder
competir en esta categoría ante los más grandes encajando siempre dos o tres
goles, y encima, ante rivales que, como el Girona el sábado, tampoco demuestran
absolutamente nada. Pero el sistema defensivo hace aguas por todos los lados,
concedemos muchísimo, nos llegan con una facilidad pasmosa, encajamos una
barbaridad, y en la mayoría de partidos, Aarón todavía termina salvándonos unas cuantas. Y en el centro
del campo, en la “creación”, tenemos un agujero tremendo, y ya todos sabemos que Santi Cazorla esta “para lo que está”. Y como también decía
en la “crónica”, desconozco si en la situación de Hassan hay algo más de fondo, pero para un equipo como nosotros es un lujo
el poder prescindir de una de nuestras pocas “armas” de llegar arriba. Está
claro que es muy individualista, a veces egoísta, que le cuesta defender, pero
es un “estilete” por banda y en partidos como el del otro día, tal como se
puso, y con un Girona a la desesperada, nos podría haber dado mucho. Esperemos que, si hay algo más, se pueda “reconducir”
la situación, que todos son necesarios.
Comenzábamos en la vergonzosa hora, una vez mas, en
Girona con algunas novedades, con Aarón en portería, Nacho Vidal en la derecha,
la pareja de centrales novedosa con Carmo y Costas y la novedad de Javi López
en la izquierda; en el doble pivote Dendoncker junto a Colombatto, en la
izquierda Ilyas y en la derecha un desaparecido, inoperante Ejaria, y arriba la
novedad de los dos delanteros Viñas y Rondón. Y el partido comenzó igualado,
con dos equipos “pobres”, con problemas para llegar arriba, y sin mucho
peligro, si acaso con algo mas de posesión catalana. Hasta que llego el penalti
por las manos y el gol de Viñas que nos adelantaba. De ahí al descanso, poco.
En la segunda parte, pronto metimos el segundo y parecía que encarrilábamos el
partido. Pero somos el Real Oviedo y todo parecía
muy bonito. Y sin darnos cuenta, con un penalti tonto de Dendoncker, con
unos cambios extraños y que empeoraron el equipo por parte de Carrión, con una
jugada vergonzantemente defendida por todos, llegando por el centro como quiso
el jugador del Girona y con un Sibo que llega, como casi siempre tarde a la
cobertura; y con un nuevo penalti, este para mi más que dudoso, pero en una
jugada, también, perfectamente evitable, nos remontó un equipo muy pobre y nos
hizo ver la “tragedia”. Menos mal que esa última jugada nos hizo salvar, al
menos, un triste punto. Es lo que hay.
Y ahora, semana de Copa con el encuentro hoy en Orense, que ya sanemos como se nos suele dar, y el próximo Lunes (otro día mas entre semana, es de vergüenza) a recibir al Osasuna. Las sensaciones nos son buenas, no vemos ninguna mejoría o muy poca y que, como vemos, no nos sirve, no nos llega para ganar, pero no queda otra que seguir.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario