
Pues al final, con más pena que gloria, a trancas y a barrancas, fuimos capaces
a lograr lo que teníamos que hacer para seguir con vida en esta recta final y
que no era otra cosa que ganar, que sumar tres puntos para llegar a la última
jornada liguera con alguna mínima opción de ascenso directo. Pero, realmente, lo
logramos de una manera triste, anodina, jugando, nuevamente, un partido muy mediocre,
agigantándose nuestras carencias y limitaciones, siendo superados en muchos
instantes por un Tenerife ya descendido pero que parecía que, incluso, se jugaba más que nosotros, poniéndole más
“ganas” que los nuestros, y dominándonos gran parte del partido. Menos mal que, al final, una pizca de suerte en algunas de las ocasiones canarias, sobre todo
en los primeros minutos, y nuestra “robustez” defensiva actual, nos dio para,
en un golpe de fortuna aprovechando un error de los tinerfeños, lograr ese gol
y certificar una victoria, reitero, casi milagrosa.
Y siento ser tan reiterativo con mi “percepción”, con
mi opinión sobre lo que veo sobre el
terreno de juego, pero el nivel físico, las condiciones “físicas” que
presentan los nuestros son muy malas, acabando la liga con la lengua fuera, con jugadores tiesos, con problemas musculares
constantes, y como decía en la “crónica”, demostrando que el “depósito de
gasolina” de los futbolistas azules en general, hace mucho tiempo ya que está con la luz de reserva encendida. Intenta Paunovic, en la
medida de sus posibilidades, ir “dosificando”
un poco los esfuerzos e ir sumando gente de refresco al equipo, pero poco se
puede “administrar” cuando todos parecen estar cogidos con pinzas y ,aun saliendo del banquillo, se les “observa”
a los nuestros un puntito por debajo a nivel físico. Pero reiteramos también,
es “lo que hay” y con ello tenemos que llegar hasta el final…….hasta donde nos
dé.
Comenzábamos en la calurosa tarde dominical canaria,
con, como no, un buen puñado de oviedistas en las gradas a los que les es igual
donde “juegue su Oviedin” con Aarón en portería, en la derecha el regreso de
Nacho Vidal, Calvo y un Costas que estuvo muy “bajo” como centrales y en la izquierda Rahim; en el
centro del campo,que trató de “poblar” Paunovic sin resultado, con Colombatto, Sibo,
Cardero y otra vez un poco tirado a banda, donde le cuesta rendir, Portillo, en
la otra banda Hassan y arriba Alemao. Y la verdad es que el comienzo fue deplorable,
ni “aparecimos” de principio, permitiendo en apenas ocho minutos, tres ocasiones
canarias que bien pudieron, casi sin “empezar”,
haber sentenciado el partido. A partir de ahí el encuentro se “tranquilizó”, pero
el dominio siguió siendo canario, incapaces prácticamente nosotros de dar tres
pases seguidos. Solo para reseñar por nuestra parte un balón muy claro desde la
izquierda al que no llegó Alemao. Pero vamos, para lo que nos jugábamos, NADA.
En la segunda parte poco más o menos lo mismo, ellos
que llevaban el peso pero con muchas “limitaciones” para hacernos peligro, y nosotros
con el habitual juego ramplón, lento y previsible de habitualmente. Paunovic
que cambió, incluso dándole “un giro” táctico al equipo, metiendo tres centrales y
dejando a los laterales de “carrileros” más arriba, y así, en un error
flagrante de ellos en salida de balón, Nacho Vidal que fue capaz a robar y
meter el gol en , prácticamente, la única ocasión. De ahí al final, poco, aun
menos que antes, y fuimos capaces a “agarrarnos” a ese gol y lograr una
victoria, no muy merecida, pero imprescindible.
Y ahora, último partido de liga. Ya sabemos, hay una “mínima esperanza” de ascenso, muy difícil, y pasando todo por el resultado del Elche en Coruña, en el que solo nos vale la derrota de los franjiverdes. Pero bien haríamos, como ya dijimos en estos últimos partidos, en CENTRARNOS EN LO NUESTRO, en tratar de ganar al Cádiz, duro rival siempre y que nos pintó la cara en la ida, lograr la victoria, y luego ver donde, al final, nos deja la competición. Pero primero, lo nuestro: ganar.
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