En fin, creo que era la “crónica” de una muerte
anunciada porque, reitero según la humilde opinión de este que “escribe”, este hombre ha sido incapaz desde que cogió
al equipo allá por el mes de Julio, de dotarle de una “identidad”, de
formar UN EQUIPO, y hemos vivido de
individualidades y de balones parados y mientras sonaba “la flauta” y lográbamos
algún gol, íbamos resistiendo, pero en cuanto llegaron las “vacas” flacas el
equipo se ha caído estrepitosamente. Lo siento, de verdad, nunca es plato de
gusto la marcha de un entrenador y, encima, teniendo que abonarle incluso un “año
más”, pero al menos para mí, ningún recuerdo me dejará el paso de Calleja por
nuestro Real Oviedo durante estos meses. Esperemos que se pueda acertar con el sustituto, parece que
puede ser el exjugador Paunovic, y que en estos últimos 10 partidos pueda darle
otro aire a este equipo que falta hace si todavía queremos aspirar a algo.
Y el sábado, en la noche granadina, lo que volvimos a
ver fue otro “bodrio” infumable, con un equipo carente de TODO como casi
siempre, esta vez , además, aderezado con la absoluta falta de espíritu, de corazón y
de garra. Comenzábamos con Aarón en portería, un Nacho Vidal que desde que
llego ha ido cada vez a menos en la banda derecha, en la izquierda un Pomares
que está en un momento lamentable, con Costas y Calvo de
centrales; Sibo, Colombatto y Portillo en el pivote que siempre, como nos ocurre en la mayoría de los partidos en esa "franja" central, fueron
inferiores a los rivales, en una banda Hassan, en la otra Ilyas y arriba Alemao. Y
del partido, pues lo habitual. Un equipo que es incapaz de tener, al menos una posesión
larga, de dar tres o cuatro pases, lento, cansino, plomizo, y encima muy
pronto, con uno de los habituales errores defensivos semanales, que ya nos dejaban por detrás
en el marcador, Como el ritmo al que jugamos somos “incapaces” de cambiarlo, pues el partido discurrió
sin pena ni gloria hasta el descanso, sin tirar prácticamente a puerta y con un
Granada, flojo, que con prácticamente nada iba ganando.
Y en la segunda parte, pues poco más o menos lo mismo, sin apenas poder ni hacer “cosquillas” al rival, porque al ritmo que jugamos es imposible romper líneas y tratar, siquiera, de “pisar” el área del contrario. Muy poco, alguna tibia llegada, una ocasión clarísima del Granada, y algún “movimiento” un poco mas peligrosos con la entrada de Paraschiv, pero otra nueva derrota por nuestra absoluta incapacidad e impotencia. Y ahora, ya sin Calleja y con nuevo “mister” en el banquillo, toca recibir a un peligroso Málaga, rey del empate, para ver si somos capaces a salir de este “oscuro túnel”. Esperemos que el nuevo inquilino del banquillo sepa imprimir carácter a este equipo y “darle la vuelta” como un calcetín para poder, aun, tratar de aspirar a algo y no tirar la temporada.
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