El Comentario

Pese a la hora del Domingo, todo iba encaminado a vivir un “gran “día, soleado, caluroso, casi veraniego, con miles de familias con sus camisetas azules por toda la ciudad y muy especialmente por la zona de Miñor, gran entrada en las gradas, el público con el equipo, pero……pese a adelantarnos en el marcador, todo se torció, apareció ese maleficio oviedista de casi siempre, ese que cuando parce que “podemos” llegar a buen puerto, que vamos por el buen camino, que de  nuestra “casa”, de  nuestro Tartiere no se pueden ir esos puntos que son imprescindibles, pues al final las cosa sale mal y los aficionados salimos a eso de las cuatro de la tarde con un “chasco” tremendo. Y es que tras una primera parte de dominio, pero para mi “engañoso”, en zonas donde al Mirandés tampoco le preocupaba mucho que amasáramos pelota, y en la que fuimos capaces a adelantarnos, llego un segunda mitad miedosa, sin control alguno, fallando pases increíbles, y con muy poco los burgaleses, nos fueron “metiendo” atrás hasta que  se dio el resultado que, por desgracia, todos “adivinábamos” que se podía producir.

Decepción tremenda, varapalo de los grandes,. Y otros puntos importantes que se “van”, ya no vuelven, y, esperemos, no echar de menos. Y es que, aunque sea verdad que todos los equipos cometen “cagadas”, nosotros estamos teniendo muchos, demasiados problemas, con los equipos de abajo que esta siendo una sangría de puntos tremenda. Y encima  cuando desde el principio de la competición, comenzamos ya con un “déficit” manifiesto de puntos Y es que la realidad ya de la competición, es que la vamos a finalizar sin, por ejemplo, ganar en ninguno de los dos partidos a nuestro rival de este Domingo, el Mirandés, con un empate y una derrota; tampoco al Amorebieta, con dos empates; dolorosa derrota hace poco ante el Alcorcón; derrota en Andorra………en fin muchos puntos que nos dejamos por el camino, aunque ante los de arriba si que estamos, de momento, dando “la cara”.

Comenzábamos en la “hora de la comida” del caluroso Domingo repitiendo “once”, con Leo en la portería, Viti y Bretones en los laterales, Calvo y Luengo de centrales, Luismi y Colombatto en el doble pivote, en una banda Masca y en la otra Moyano, Seoane en la media punta y arriba repitiendo Alemao. Y la verdad es que la primera parte, fue un “monologo” de posesión oviedista, pero reitero, muy ficticia, en zonas de poco peligro donde al Mirandés tampoco le importaba mucho, y además este, que apenas nos apretaba en la “salida” del balón. Pronto llego la mala noticia de la lesión de Luismi y la entrada de Jimmy, apenas creábamos peligro salvo un tiro de Moyano, y cerca del final, el gol de Seoane que nos ponía por delante y que nos debía dar calma para el segundo tiempo. Todo lo contrario.

La segunda parte fue un esperpento, sin control sin desborde, con fallos de alevines, con “controles” penosos, jugando mucho con el portero, cansados aparentemente física y mentalmente, reculando en exceso, y dando alas a una equipo, el burgalés, que con poco, muy poco, comenzó a acorralarnos. Los cambios no surtieron ningún efecto, seguimos igual, todos veíamos que lo que mas cerca estaba era el empate y casi al final asi sucedió. Jarro tremendo de agua fría para la fiel afición azul.

Como decimos siempre, no queda otra que “levantarse”. Sabíamos que las opciones pasan por no “perdonar” en casa, pero ahora ya lo hemos hecho, y habrá que tratar de recuperar lo perdido fuera. Y lo haremos el próximo lunes en el campo del Cartagena, otro de esos equipos de por “abajo”, que parecía totalmente “resucitado” pero que nuevamente vuelve a ver las orejas al lobo, y que por cierto, fue otro de los que “saco” punto en nuestro estadio. No queda otra que resarcirse.