.

.

martes, 5 de marzo de 2024

El Comentario

Victoria sufrida, lograda en un partido un “tanto extraño”, en el que nuevamente volvimos  a “ofrecer esas dos caras” que últimamente tanto están apareciendo en los partidos de nuestro Real Oviedo. Y es que la primera parte volvió a ser anodina, lenta, parsimoniosa, plomiza, con dos equipos sin profundidad alguna, pero sobretodo nosotros, con una falta de profundidad tremenda, “pasándonos” el balón al pie pero sin ninguna velocidad, sin ningún desborde, …………todo lento, muy lento. Y el Levante, muy triste también, le bastaba con solo estar bien colocado para cerrarnos todas las vías.

Y es que en este futbol moderno, como no le pongas un poco de “ritmo”, de velocidad al futbol, es prácticamente imposible el crear alguna ocasión. Pero otra vez, en esta primera parte, volvió a surgir esa imagen “azul” lenta y de pocas ideas, esa que le cuesta un mundo poder, simplemente, pasar la primera línea de presión del rival, y casi todo se desarrollaba entre “los centrales”. Lo intentaban descolgándose tanto Cazorla como Colombatto, pero al ritmo que jugábamos, era muy difícil. Y encima, también volvió, como en Valladolid, a aparecer esa “fragilidad” defensiva, esa blandura que creíamos ya desterrada, y que nos volvió a costar dos goles, que sumados a los tres de pucela, hacen un bagaje infame en los dos partidos de cinco goles en contra. Y ese, como sabemos, no puede ser el camino.

Comenzábamos en una jornada de “perros”, en una tarde de Sábado gélida, con Leo en la portería, otra vez Viti en la derecha, Bretones en la izquierda, con Calvo y Luengo en el “eje”, un centro del campo un tanto revolucionario, con una especie de “trivote” Luismi, Colombatto y Cazorla, este ultimo con mas libertad, con  Moyano y la novedad de Masca en los costados y el retorno de Bastón arriba. Y la primera parte, encima con frio intenso, fue infumable por parte de ambos, lenta, casi sin ocasiones, salvo algunos errores nuestros en pases que nos pudieron costar un disgusto. Nosotros, casi nada, costándonos un mundo el, simplemente, acercarse por zonas de peligro. Y en un nuevo error al borde del descanso el mazazo.

En la segunda parte, también salimos bastante fríos y nos costó entrar en el partido. Pero a base de corazón, llegaron esos “diez minutos” mágicos que nos dieron para remontar el partido con dos asistencias de Cazorla. Parecía que nos serenábamos, que íbamos a buscar el tercero, pero seguíamos demostrando que atrás, éramos “madres”, hermanitas de la caridad. Y así, casi con nada, en un nuevo error, el Levante fue capaz a empatarnos. Menos mal que poco después, en un balón parado, apareció Calvo para lograr el tercero. Aun asi, seguimos sufriendo por perdidas estúpidas, y por unos “nervios” defensivos increíbles. Pero al fin, un triunfo muy importante, pero esa sensación de “las dos caras” oviedistas, y de que, encajando tanto, es muy difícil “llegar” a algo. Porque no siempre se van a lograr tantos goles.

Y ahora, vuelta a nuestra cruz que es el jugar fuera de casa. Y toco rendir visita a un equipo que estaba pensado, quizás, para cotas mayores, pero que comienza a asomarse a la boca del lobo: el Albacete. Pero si de verdad aspiramos a “algo más”, si queremos dar el salto definitivo, no basta con la solvencia que, de momento, estamos mostrando en el Tartiere: hay que dar algo mas y sumar puntos a domicilio. Esperemos empezar este sábado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario