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martes, 27 de febrero de 2024

El Comentario

Pues poco que decir sobre el partido disputado el ya lejano viernes en tierras castellanas que lo narrado en la crónica: debacle absoluta. Nuevamente en partido fuera de casa, volvió a aparecer la “versión mala” de nuestro Real Oviedo, y en un partido malo, superados siempre por el rival por garra y corazón, en el que siempre estuvimos muy incómodos sobre el terreno de juego, nos vinimos con tres “chicharros” de la fría noche pucelana. Mucha lastima por todo, por la forma de perder, pero sobre todo por ese millar y medio largo de “locos” oviedistas que, pese a ser un viernes, se dieron una paliza para ver y animar a su “oviedin”, soportando incluso en el viaje las muy adversas condiciones climáticas, y que vieron esa imanen tan paupérrima y triste.

Y esos que, pese a lo que decimos, a lo que vimos, a la neta superioridad vallisoletana durante todo el partido, el partido también pudo “cambiar” en dos chispazos azules, en momentos claves y que pudieron suponer un cambio de guión, pero en el que esta vez , a diferencia del partido ante el Burgos, no estuvimos nada acertados. Y es que la que tuvo Alemao para empatar, justo en la última jugada del primer tiempo, para irnos al descanso con el empate, el clarísima, y casi al comienzo de la segunda, un mano a mano también de libro de Moyano que tampoco resulto bien. Luego ya, lo sabido, en otro par de fogonazos nos sentenciaron, y ya casi la última media hora, sobraba. Como decimos, queda mucho y hay que levantarse, pero si no eres capaz a ser “mucho mas regular”, aparte de en el Tartiere, fuera, será muy difícil.

Comenzábamos con Leo en la puerta, repitiendo defensa que el otro día estuvo mucho más que “blandita”, con Viti en una banda, en la otra Bretones, Luengo y Calvo “sobrepasados” toda la noche ambos , un doble pivote, muy flojo el otro día, con Colombatto y Jimmy, en una banda Moyano, en la otra un inexistente Dubasin, en la media punta un, otra vez, desaparecido e inoperante Seoane y arriba otra vez Alemao, que al menos le puso ganas. Y ya se vio desde el comienzo que el equipo “no salió” como contra el Burgos, llegando siempre unas décimas tarde a cada balón, superados por la velocidad, desborde y garra de los castellanos, siempre en inferioridad, y casi sin tener al balón. Y cuando apenas lo teníamos, errores groseros y pases y perdidas estúpidas. Y claro, con muy poco, con un nuevo centro mal defendido, ya por detrás en el marcador. Incluso el Valladolid tuvo alguna más para habernos hecho aún  más daño, pero aguantamos el primer tiempo, incluso, repito, con esa ocasión clara, franca de Alemao que nos pudo dar el empate.

Pensábamos en “otra” segunda parte, y también tuvimos esa posibilidad de “cambiarlo” todo con Moyano, pero no llegó. Y lo que si llego es que el Valladolid siguió siendo mejor, poniendo “más ganas” y en apenas tres minutos dejos el partido visto para sentencia con dos nuevos goles que nos dejaron “hundidos”. Después los cambios, pero ya estaba todo decidido. Mal partido, y sobre todo por los fieles desplazados hasta Valladolid.

Pero como dijimos, hay que tratar de cambiar el “chip”, tratar de olvidar cuanto antes, y centrarnos en otro hueso que nos viene el Sábado: el Levante. Está claro que el equipo es muy diferente cuando sale “a morder” desde el minuto 1 que cando sale contemplativo, a verlas “venir”. Esperemos volver a ver esa versión con orgullo, valor y garra ya desde el túnel de vestuarios.

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