Tres puntos logrados, con sangre, sudor y lágrimas, casi en el último suspiro, en un partido
nuevamente mediatizado por un error grosero en un balón parado casi al comienzo
del partido. Y es que lo de este equipo en cada balón parado, en cada corner,
en cada falta, es ya para hacérselo mirar. Y por tanto, desde casi el comienzo,
con defensa otra vez de cinco, perdiendo, ante un rival de lo mas flojo que ha
pasado por el Tartiere, pero que con nada, con absolutamente nada, iba por
delante, las cosas se veían muy negras y el “run-run” del Tartiere de que se presumía
“tarde aciaga”. Primera parte para olvidar, sin juego, futbol plano, sin llegada
alguna, con el mismo juego habitual, con unos centrales incapaces de sacar el
balón jugado y un centro del campo totalmente inoperante, unos laterales que
apenas llegaban y unas bandas en la que únicamente, algún chispazo de Saúl, nos
daba “algo”. Y solo la única buena noticia del chaval Javi Hernández, como ya
ocurriera contra el Albacete, que fue de lo poco salvable y uno de los mejores.
Y desde el banquillo, lo de casi siempre, una
incapacidad absoluta para reaccionar y para tratar de buscar alguna alternativa
táctica, alguna variante al juego anodino y plano. Por tanto primera parte
tirada a la basura totalmente, y solo cuando la “lucecita” se iluminó un poco, con
el cambio de Ibra en la segunda parte quitando a un central, al menos sirvió
para revolucionar el partido. Porque ya que por futbol, por creación de caudal ofensivo
se ve cada vez más claro que “no nos da”, al menos habrá que tratar de meter “el
balón “arriba, de buscar segundas jugadas, de alguien que pueda hacer una labor
diferente a la de Joselu, de tratar de aguantar el balón de espaladas, de
llevarlas por arriba,……….al menos eso, tratar de embotellar al rival. Y gracias
a Dios, así fue.
Y como decíamos, tras lo del Metropolitano,en la tarde del sabado, nuevamente casi a la hora del café, vuelta a
la defensa de cinco, con Forlin, Cristian y el ya reseñando Javi Hernández de
centrales. Con Diegui y Mossa en las bandas,Foch y Tejera en el doble pivote, Saúl
en una banda y un inoperante Bárcenas en la otra y Joselu arriba. Y como decíamos,
casi antes de “sentarnos”, córner defendido otra vez penosamente, incluso con
una salida de Herrero bastante mala, y ya por debajo en el marcador. Y como comentábamos,
durante la primera parte un quiero y no puedo, un Tejera muy marcado y una
incapacidad para sacar algún balón jugado desde atrás, excepto alguna vez que
Javi Hernández, el mas clarividente con el balón en los pies, lo intentó. Y
enfrente, un equipo pobre, pobre, un Osasuna ramplón, que sin hacer nada estaba
por delante, y que tampoco intentó nada.
Y en la segunda, como decimos, el cambio de Ibra por
Forlín, y solo con esto, al menos se revolucionó el partido, y a base de
empuje, de corazón, de “melonazos” arriba, comenzamos a inquietar a un tristísimo
Osasuna. Y asi en un buen centro de Tejera, llegaba el empate en propia puerta.
Seguimos creando algo, con jugadas de “aguantar “Ibra de espaldas, entradas en
los últimos minutos de Aaaron y de Muñoz, y como decíamos, casi al final, en
una falta magistralmente lanzada por Saúl y, quizás, no muy bien defendida por su
portero y defensas, el jubilo de ese gol que nos daba tres puntos importantísimos
para no empezar a ir metiéndonos “abajo”.
Pero como decía ya el día del Albacete, quedémonos
con los tres puntos, pero que los arboles nos dejen ver el bosque, y tengamos claro
que los síntomas siguen parecidos, el equipo le cuesta un mundo crear algo,
seguimos siendo unas “madres” defensivamente y que, al menos yo, no veo mejoría alguna no “ningún
brote verde”.
Y ahora el próximo fin de semana, ante el colista
Gimnastic en Tarragona. Esperemos no volverá a ser ese triste equipo del otro día
en Madrid, no “resucitar” muertos y, al menos, dar una buena imagen y tratar de
traernos los puntos.
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