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lunes, 23 de octubre de 2017

El Comentario




Victoria de las importantes, de las que hacen tranquilizarse, de las que deben de valer para enderezar el rumbo y que el equipo  vuelva a eso: a ser un equipo. Pero no nos engañemos, ni que nos pueda la euforia, ni lancemos las “campanas” al vuelo, porque igual que sumamos los tres puntos, podíamos  habernos quedado, otra vez, con un triste empate. Porque el conjunto sigue transmitiendo muy poco, con un futbol plano, plano, sin desborde, ayer ante un Córdoba  miedoso y cobardón, con muchísimos problemas, con el control del juego, pero con un dominio ficticio en zonas del campo sin ningún peligro. Y solo el primer gol, tras un saque de esquina que ellos mismo se meten el balón en su portería, nos puso el partido de cara. Pero la verdad es, que una vez más, la imagen ofrecida fue muy floja.  Alguna buena noticia, como la aparición de Mariga que, estando bien físicamente, puede aportar bastante, y la salida de Diegui en la segunda, que con su velocidad y desparpajo, al menos,  ofrece algo nuevo, un soplo de aire fresco.


Pero otra vez el futbol lento, sin desbordes, sin desdobles, por el centro, sin llegadas, con falta de calidad y que es el que útilmente vemos, si acaso con algo más de presión arriba, pero tras robar con una lentitud que permitía que los andaluces se colocasen y nos costase un mundo abrir hueco y, prácticamente, tirar entre los tres palos. Pero quedémonos con la victoria y su importancia. Porque como decíamos en la previa, ayer era “ganar o ganar” para no vernos más comprometidos en la tabla. Esperemos que sea el inicio de una mejoría, pero la realidad es que le trabajo que queda por delante, es arduo.


Y ayer, aparecíamos sobre el verde del Tartiere en una soleada mañana dominical con buen ambiente y temperatura, con un par de cambios respecto a lo ultimo. Repetía, para mi sorpresivamente, Valentini como central con Carlos, pensando que quizás pudiera ser la ocasión de Forlin en dicho puesto.Y  una de las novedades venia en el lateral izquierdo con la entrada de principio de Mossa. En el centro del campo, vuelta al trivote con la novedad en el de Mariga  junto a Folch y Rocha,y los habituales Saúl, Aaron y Toche para intentar  crear peligro.  Y el partido, soporífero en su primera mitad, con control del balón azul pero como decíamos en zonas sin peligro, alguna salida a la contra de un triste Córdoba y la única ocasión que se puede decir, es un balón filtrado a Toche que este , demasiado escorado, no fue capaz  a “meter”. Lo dicho, bostezos y juego insulso.

En la segunda, parecia que el Real Oviedo le “metía” una marcha mas al partido, pero poco duró y vuelta al futbol cansino y lento. Pero apareció la “suerte” , el córner  de Aarón y el gol en propia puerta  que nos liberaba mucho y nos tranquilizaba. De ahí al final, futbol control del Oviedo, alguna ocasión como una de Mariga, el Córdoba un quiero y no puedo, entradas de Diegui , Forlin  y al final Yeboah, y ya en el descuento, la sentencia en un buen pase interior de Mariga que Diegui supo resolver con tranquilidad.


Lo dicho, tres puntos para la esperanza, y alguna mínima luz que aparece sobre tanta sombra de los últimos partidos. Pero mucho que mejorar.

Y ahora, vuelta a la cruda realidad, y a nuestra “cruz” de los partidos fuera de casa. Y encima, en Alcorcón, una de nuestras “bestias negras” y que cada vez que jugamos allí, nos suelen venir “batacazos” tremendos. Esperemos que esta vez sea diferente, y que el partido de ayer pueda suponer un punto de inflexión n nuestra trayectoria.


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