Victoria de las importantes, de las que hacen tranquilizarse,
de las que deben de valer para enderezar el rumbo y que el equipo vuelva a eso: a ser un equipo. Pero no nos
engañemos, ni que nos pueda la euforia, ni lancemos las “campanas” al vuelo,
porque igual que sumamos los tres puntos, podíamos habernos quedado, otra vez, con un triste
empate. Porque el conjunto sigue transmitiendo muy poco, con un futbol plano,
plano, sin desborde, ayer ante un Córdoba
miedoso y cobardón, con muchísimos problemas, con el control del juego,
pero con un dominio ficticio en zonas del campo sin ningún peligro. Y solo el
primer gol, tras un saque de esquina que ellos mismo se meten el balón en su portería,
nos puso el partido de cara. Pero la verdad es, que una vez más, la imagen
ofrecida fue muy floja. Alguna buena noticia,
como la aparición de Mariga que, estando bien físicamente, puede aportar
bastante, y la salida de Diegui en la segunda, que con su velocidad y desparpajo,
al menos, ofrece algo nuevo, un soplo de
aire fresco.
Pero otra vez el futbol lento, sin desbordes, sin
desdobles, por el centro, sin llegadas, con falta de calidad y que es el que útilmente
vemos, si acaso con algo más de presión arriba, pero tras robar con una
lentitud que permitía que los andaluces se colocasen y nos costase un mundo
abrir hueco y, prácticamente, tirar entre los tres palos. Pero quedémonos con
la victoria y su importancia. Porque como decíamos en la previa, ayer era “ganar
o ganar” para no vernos más comprometidos en la tabla. Esperemos que sea el inicio
de una mejoría, pero la realidad es que le trabajo que queda por delante, es
arduo.
Y ayer, aparecíamos sobre el verde del Tartiere en
una soleada mañana dominical con buen ambiente y temperatura, con un par de
cambios respecto a lo ultimo. Repetía, para mi sorpresivamente, Valentini como
central con Carlos, pensando que quizás pudiera ser la ocasión de Forlin en
dicho puesto.Y una de las novedades
venia en el lateral izquierdo con la entrada de principio de Mossa. En el
centro del campo, vuelta al trivote con la novedad en el de Mariga junto a Folch y Rocha,y los habituales Saúl,
Aaron y Toche para intentar crear
peligro. Y el partido, soporífero en su
primera mitad, con control del balón azul pero como decíamos en zonas sin
peligro, alguna salida a la contra de un triste Córdoba y la única ocasión que
se puede decir, es un balón filtrado a Toche que este , demasiado escorado, no
fue capaz a “meter”. Lo dicho, bostezos
y juego insulso.
En la segunda, parecia que el Real Oviedo le “metía”
una marcha mas al partido, pero poco duró y vuelta al futbol cansino y lento.
Pero apareció la “suerte” , el córner de
Aarón y el gol en propia puerta que nos
liberaba mucho y nos tranquilizaba. De ahí al final, futbol control del Oviedo,
alguna ocasión como una de Mariga, el Córdoba un quiero y no puedo, entradas de
Diegui , Forlin y al final Yeboah, y ya
en el descuento, la sentencia en un buen pase interior de Mariga que Diegui
supo resolver con tranquilidad.
Lo dicho, tres puntos para la esperanza, y alguna mínima
luz que aparece sobre tanta sombra de los últimos partidos. Pero mucho que
mejorar.
Y ahora, vuelta a la cruda realidad, y a nuestra “cruz”
de los partidos fuera de casa. Y encima, en Alcorcón, una de nuestras “bestias
negras” y que cada vez que jugamos allí, nos suelen venir “batacazos”
tremendos. Esperemos que esta vez sea diferente, y que el partido de ayer pueda
suponer un punto de inflexión n nuestra trayectoria.
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