TAN
SOLO ES MI OPINIÓN
Que lastima, como digo en mi crónica, ese par de
puntos más que pudimos sumar ante un rival directo y con un penalti errado. Y
sobre todo viéndolo con la perspectiva de los resultados del resto de rivales
que nos hubieran dejado en una posición más que envidiable. Pero no es más cierto
que el resultado, el empate es justo. Y sobre todo, de lo que hay que estar satisfechos,
es de que es un punto conseguido a base de “orgullo, de valor y de garra”, esas
señas de identidad que jamás debemos de abandonar, y que el viernes, ese dia
tan extraño para jugar al futbol, salieron a relucir tras la expulsión , mas
que rigurosa, de Cristian. Se pudo haber ganado si la diosa fortuna y ese pie
salvador del portero no hubieran aparecido, pero debemos de estar orgullosos de
que el equipo, sino excesivo futbol, si que tiene arrestos y orgullo para poner
en el campo.
Queda bastante liga, todo sigue muy apretado, nadie
gana holgado, se acercan otros por detrás, por eso hay que seguir demostrando
que queremos entrar en play off, y que el que quiera sacarnos de ahí, y
ganarnos, va a tener que sudar tinta.
Y el viernes comenzábamos, con el cambio de sistema,
con dos delanteros, además casi obligados ante la inoportuna baja de Borja Domínguez.
Con Fernández y Cristian en las bandas, Costas y Verdés en el eje de la zaga,
Torro-Erice doble pivote, Saul en un costado, en el otro Susaeta y Toché y
Linares arriba. El partido comenzaba igualado, con un Huesca bien plantado y
que demostraba el porqué de su clasificación y un Oviedo que lo intentaba pero
que le costaba mucho pasar su primera line ade presión. Primer contratiempo
grave con la lesión (una más, lo de este chico es increíble) de Verdés y la
entrada de David, y un gran testarazo de Costas que suponía el ponernos por
delante. De ahí al final de la primera parte, poco mas que reseñar. Comenzaba
la segunda con un Huesca que daba un “pasito” adelante, claro dominador, y llegaba
la jugada decisiva del partido.En un salto en una zona sin apenas peligro,
Cristian que parece que saca un poco el brazo, y el árbitro que lo expulsa.
Vista la repetición un montón de veces, para mi es excesiva y muy rigurosa.
Pero así lo hizo el arbitro, quedaba aun un mundo, y ya a partir de ahí el dominio aragonés
fue absoluto. Entrada de Diegui para reforzar la defensa, orgullo del equipo,
la afición que era un jugador más, el aire que necesitaban los nuestros, y a falta
de escasamente siete minutos, una entrada de Diegui por banda, trabado en el área
y penalti. Toché que asumió la decisión, tirado por el centro, y el portero que
tuvo la suerte de desviarla con el pie. Mala suerte. Y de ahí al final, aguantado
como se pudo, para sumar este punto que puede valer su peso en oro.
Y lo dicho, queda mucha liga, y debemos de seguir
remando. Y la próxima estación: Valencia. Ante un Levante que, sino matemáticamente
si virtualmente, está en primera división, hay que tratar de arañar algo,
porque como bien habíamos dicho, solo con lo de casa es muy difícil porque
alguna vez ahí, también fallaremos. Esperemos que podamos dar la campanada y
conseguir un buen resultado.
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